El gran defensor de los indígenas hispanos, Bartolomé de Las Casas, fue en sus inicios un encomendero español (nacido en Sevilla 1484) que años más tarde entraría a la orden de los Dominicos donde se convirtió en fraile. Posteriormente fue cronista, escritor y obispo de Chiapas.

Sus inicios

Cuando estaba pequeño a través de su padre conoció a los Reyes Católicos y al almirante Cristóbal Colón. Gracias a que don Pedro de Las Casas, su padre, participaba en los viajes hacia el Nuevo Mundo, en 1499 Bartolomé conoció a un indio que fue llevado a España por Colón y dado en regalo a su padre como esclavo.

Para 1502 logró llegar a las Indias a la isla de La Española donde participó en la búsqueda del preciado oro. Hacia 1506 viaja a Roma para ordenarse como sacerdote, pero años después fue trasladado a Cuba donde ocurrió según sus crónicas, la matanza de Caonao. Este hecho cambió su corazón y su vida al darse cuenta de todas las injusticias que sucedían. De esta manera en 1514 renunció en pleno sermón a sus pertenencias y regresó a España.

Surge el gran defensor

A partir de este viaje Bartolomé de Las Casas empezó a actuar en defensa de los indios. Estando en España contó al rey Fernando el Católico todo lo que estaba sucediendo en Cuba y en 1516 presentó al Cardenal Cisneros el Memorial de remedios para las Indias.

En esta obra considerada una utopía, Bartolomé propuso formar comunidades indígenas administradas por españoles que podrían evangelizar y educar a los indios, sin explotarlos para su propio beneficio. Sin embargo el cardenal muere y propone su idea a Carlos I, que sólo le dio tierras en la actual Venezuela.

Su llegada a Santo Domingo (República Dominicana)

Para 1522 Bartolomé de Las Casas ingresa en la orden dominicana en Santo Domingo. Luego estudió leyes y teología. Seguidamente se convirtió en historiador para luego realizar misiones de evangelización a los nativos del Perú, Nicaragua y Guatemala por el año 1534.

Años después Bartolomé de Las Casas logró tener gran influencia política en Valladolid. Incluso leyó ante el Consejo de las Indias apartes de su obra Brevísima relación de la destrucción de las Indias. Allí contaba las atrocidades cometidas por los españoles con los indios desde la conquista hasta entonces.

Gracias a ello en 1542 se promulgaron Leyes Nuevas que luego aplicó en América en su calidad de obispo de Chiapas. Todo ello le mereció el título de “Protector o Procurador universal de todos los indios de las Indias hispánicas”.

Fueron muchas sus obras a favor de los derechos de los indígenas. Murió en Madrid en 1566. La iglesia anglicana lo declaró santo y celebra su festividad el 20 de julio.

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