Los carnavales son de larga tradición en República Dominicana: en ellos está reunido el espíritu alegre y festivo de este pueblo. Miles de personas concurren cada año a disfrutar de esta colorida celebración que no puedes perderte.

La fiesta se celebra en las principales ciudades de la isla en febrero, pero la celebración más antigua, grande y popular de República Dominicana es la que se realiza en La Vega.

Carnaval de La Vega

Cuando de carnavales mundiales se trata, el Carnaval de La Vega tiene su sitial de honor. No sólo es el más antiguo de América, sino que también es el mayor reputación dentro de República Dominicana y eso es bastante decir en una tierra donde se especializan en celebrar el carnaval.

Además, el carnaval de la Vega tiene el honor de ser el lugar donde nació el Diablo Cojuelo, personaje que es símbolo del Carnaval Dominicano. La tradición cuenta que el Diablo Cojuelo era un demonio tan travieso que fue capaz de hacer perder la paciencia al mismísimo Satanás, por lo que este le arrojó a la tierra.

En la caída, el Diablo Cojuelo se lastimó una pierna y quedó cojo o “cojuelo”, y así fue bautizado. En La Vega, los Diablos Cojuelos salen a la calle con sus vejigas de toro hinchadas de aire: el que no huye ante su presencia es golpeado en nalgas, muslos y piernas, como una manera simbólica de enmendar sus pecados.

La otra pintoresca característica de los Diablos Cojuelos son sus impresionantes máscaras de papel maché, que están entre las más singulares de República Dominicana.

También dignas de ver en el carnaval de La Vega son las comparsas: entre las más famosas se cuentan los Broncos, los Enlodados y los Tiznados

Orígenes del Carnaval

Los historiadores coinciden en que la celebración carnestolenda se remonta a 1510, cuando aún República Dominicana era colonia española. Algunas versiones relatan que los primeros carnavales se realizaron cuando Fray Bartolomé de las Casas visitó la isla y sus habitantes se disfrazaban de moros y cristianos. De hecho, Fray Bartolomé de las Casas describió la celebración y los disfraces en 1520.

Luego de eso,  la tradición de disfrazarse en las festividades religiosas continuó hasta 1822, cuando por poco más de veinte años, hasta 1844, desapareció por la ocupación haitiana. Pero al lograr la independencia en 1844, las costumbres rápidamente retomaron su lugar, aunque los disfraces dejaron de estar relacionados con la religión y se convirtieron en los Carnavales tal como se le conocen hoy en día, celebrados los tres días antes del Miércoles de Ceniza.

Además, se estableció el mes de febrero como el mes del Carnaval Dominicano. Las celebraciones suelen comenzar a principios de febrero y extenderse hasta la primera semana de marzo, alargando el disfrute de la colorida fiesta.

Las ciudades de Santo Domingo, Montecristi, Bonao, Puerto Plata, Río San Juan y Barahona realizan increíbles y coloridos desfiles, cada uno con sus características propias y diversas que revelan las costumbres y tradiciones de cada sitio.

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